Wednesday, January 19, 2005

cenizas o diamantes

Nunca me ha gustado levantarme temprano, tengo que admitirlo. Eso de nacer en un rancho en nada me benefició en este sentido, porque nunca adquirí la costumbre de levantarme al amanecer y escuchar a los gallos y todo eso que se supone típico de quienes viven en el campo.

Hace casi 9 meses acepté este trabajo, sabiendo que mi hora de entrada sería a las 6 de la mañana. La primera vez que me lo dijeron me reí pensando que era broma... pero es verdad L

Ahora ya no me cuesta tanto trabajo levantarme y la mayoría de las veces disfruto mucho esas 3 horas antes de que todo mundo llegue, mientras estoy sola en la oficina revisando los periódicos del Estado, escuchando música.

Parecería un trabajo rutinario, pero no lo es, porque la información siempre cambia, siempre sorprende. He tenido todo tipo de reacciones ante ella: me dan ataques de risa, de incredulidad, de rabia, de tristeza, hasta una que otra lagrimilla se me ha escapado por ahí, como hace unos días en que un hombre le pidió matrimonio a una mujer en un cuarto de plana del periódico Correo, reaccioné como si la propuesta hubiera sido para mí.... válgame Dios.

El 6 de enero, el Sol de Irapuato publicó en primera plana la foto de un niño de 11 años que le pidió a los Reyes un corazón, necesitaba un transplante. Hace unos días el niño se murió de un infarto... estuve consternada gran parte del día.

Casualmente el mismo día, en otro periódico, publicaron todo un reportaje sobre una empresa que se dedica a convertir las cenizas de las personas en un diamante... no supe cómo reaccionar ante esta oferta. Para algunos debe ser una idea maravillosa, para mí no lo es. Traté de imaginarme reducida a un diamante. Qué puede tener una piedra de mí? De lo que fui, de lo que hice, qué puede conservar?

Entiendo que es más agradable imaginarse convertido en piedra preciosa que en polvo y cenizas, pero aún así me rehúso. Siento que esa opción es como tratar de darle a una persona el brillo del que careció durante toda su vida, de darle el valor que no mostró y muchos menos compartió. Probablemente me equivoco y habrá personas maravillosas que elijan esta opción cuando mueran. Yo no quiero, yo deseo entregar todo lo bueno que Dios me ha dado mientras viva, puede ser poco, pero no quiero necesitar de un diamante para que mi vida sea, demasiado tarde, algo valioso.

1 Comments:

Blogger LSz. said...

siempre he defendido que Guanajuato es insólito en superficie y en esencia, no me sorprende, si me impresiona ver tus noticias, gracias, tengo mucho sin ver periódicos.
el desenfado que regalo en este mensaje es sólo curiosidad y morbo cuando no hay qué hacer.
saludos anacentristas. LSZ

January 31, 2005 at 11:58 AM

 

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