Tuesday, December 28, 2004

Mis manos

Cuando estaba en Estados Unidos una amiga me preguntó qué parte del cuerpo me operaría si pudiera hacerme una cirugía estética. Me quedé pensando unos momentos y le contesté: los pies!! Para los testigos de esa conversación fue una respuesta sorpresiva, no porque tenga los pies bonitos, sino porque seguramente imaginaron que elegiría una parte del cuerpo más popular.

Hace diez años mi respuesta hubiera abarcado casi todo mi cuerpo porque casi nada me gustaba, y ahora que lo recuerdo, no sé por qué en especial mis manos me desagradaban. Ahora me gustan mucho y no por su apariencia sino porque son una de las partes más importantes de mi cuerpo y en una de las que más me fijo en otras personas. No sé qué haría sin ellas, para empezar no podría escribir y eso sería como la muerte.

Hace unas semanas, mientras estaba en misa, observé unas manos que me llamaron la atención, supongo que no recé el Padre Nuestro con mucha devoción porque una idea me empezó a dar vueltas a la mente. Eran unas manos arrugadas, unas manos tal vez cansadas, por las que han pasado muchos años.

Por alguna razón siempre he tenido miedo de morirme y al ver esas manos sentí un deseo enorme de alguna vez llegar a tener mis manos así, de vivir muchos años y poder sonreír al ver mis manos viejas. Observarlas y saber que han trabajado lo suficiente, que han escrito todo lo que han deseado, que han dado muchos abrazos verdaderos, que han acariciado y consolado sin cansarse... que no han estado en vano.

Mis manos, ojalá algún día lleguen a ser muy, muy viejas.

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